Esta mañana mientras me duchaba pensé en lo que sería abrazar a mis amigos, salir del edificio que me vio crecer y ver a los mariachis cantando la Chalana, nuestro grito de guerra universitario... E inmediatamente las lágrimas rodaron por mi rostro. . Lágrimas de gratitud y gozo, primero hacia mi creador y luego hacia mis padres. Recuerdo las muchas veces que dije: no más, las muchas otras en que pensé tirar la toalla, los días casi completos en ayuno y en algunas ocasiones las 36 horas de corridas sin dormir... Pero aquí estoy.. Agradezco a las personas que día a día me dieron palabras de ánimo, oraron por mi, compartieron conmigo... Este logro no es mío... Es de ustedes... Quienes oyeron mis historias de frustración y de alegría, quienes me consintieron y compartieron este proceso... Y el triunfo no es para mi vana gloria, sino para el servicio a Dios.. Y aunque aún no se que rumbo tomará mi vida, ni hacia donde seguiré... Mi pasaporté está listo y he abordado el barco hacia el resto de mi vida.
