Aun recuerdo el primer día que la vi.. metía su nariz bajo mi brazo, arrastraba la panza y las orejas por el piso, y se prendía del trapeador...
En las mañanas despertaba sin calcetas, pues su hobbie era quitármelas de los pies, sin colas porque le encantaba despeinarme y en incontables ocasiones cuando era hora de dormir... ya existía un habitante en mi cama... la cual me forzaba a dormir en una esquina.
Hace un año ya que comenzó a caminar despacio, que no corre más, ni se sube a los sillones ni a mi cama.
Hace unos meses que no quiero visitas, pues la incontinencia se ha hecho presente, y llevo un par de horas llorando, hoy que la ví caer de las gradas, y me dolió aún más verla levantarse y seguir caminando.
Me pregunto si la eutanasia es verdaderamente misericordiosa, cuando pensamos en matar a alguien que aún tiene deseo de vivir.. o en este caso a un ser, que creció conmigo y ha compartido conmigo más de la mitad de mi vida.
¿Los perros van al cielo? Con los seres que amamos tenemos la certeza de que aquellos que han nacido de nuevo y creído en nuestro salvador, estarán con nosotros en la eternidad... Pero los animales?
Sinceramente no me imagino mi vida sin ver ese rostro cada vez que como..
No puedo, y no quiero ponerla a dormir..
Mi amiga se está despidiendo de mí...
Blacky.. no se que va a ser mi vida sin tí.
